Confieso que el titular de hoy no es mío. Lo he leído en uno de los muchos mensajes que me han ido llegando durante toda la semana y que han tenido que ver con los disturbios en la calle Ferraz de Madrid. Por eso, al César lo que es del César, aunque en ese caso ignore por completo la autoría de ese juego de palabras que inicia mis consideraciones de hoy. No está bien apropiarse de lo ajeno, quiero ser consecuente conmigo mismo.
Y es que lo sucedido antes de la sesión de investidura de Pedro Sánchez en la capital de España es digno de un análisis antropológico en profundidad. Unas protestas callejeras legítimas, aunque, no nos engañemos, nada tienen que ver con la amnistía. Banderas españolas preconstitucionales, otras con un agujero en medio, con un simbolismo claramente en contra de la constitución, de la democracia misma, banderas carlistas, también del Frente Obrero, que no se sabe demasiado bien qué hacen allí esos cuatro gatos rodeados de jóvenes rezando el rosario, de simbología nazi, de violentos atacando a la policía y a la prensa. Una fauna salida de colegios de pago y de estómagos que nunca sufrieron ni una pizca de hambre, y que han decidido echarse al monte auspiciados por una extrema derecha que a la democracia la llama “golpe de estado” y al insulto “libertad de expresión”.

Y gritos de arnistía no y pancartas con la frase icónica de Dolores Ibárruri “más vale morir de pie que vivir de rodillas”, que cuando se enteren de quién la dijo les va a dar algo. Un analfabetismo tan claro como peligroso, un griterío aderezado con insultos gravísimos contra representantes de los ciudadanos, Marlaska maricón, España es cristiana y no musulmana, Felipe masón, defiende a tu nación, Y acoso a periodistas, sabemos dónde vives, empujones, patadas, lanzamiento de huevos a diputados socialistas. Un señalamiento muy preocupante y que es aceptado por el Partido Popular con su silencio. Y bueno, qué me dicen de Esperanza Aguirre cortando el tráfico en una calle de Madrid…
Claro que, como dice Pedro Almodóvar, “la imagen más impactante, si se mide en cantidad de memes, es la de señora mayor gritando, protegida por unas grandes gafas negras y arropada por una bandera española convertida en capa (este es otro de los aspectos a destacar, la bandera española se ha convertido en una prenda de múltiples usos, depende de la parte del cuerpo que cubra). El grito, más vacuno que humano, es un berrido prolongado, con el que la señora no pretende articular ni una palabra. Solo proyectar un sonido salvaje que se puede escuchar por encima del griterío general”. Estamos de acuerdo. Esa señora va a quedar para siempre grabada en nuestras mentes como símbolo de la impotencia, también de la falta de respeto, un alarido que representa a esa España negra que nunca ha de volver.
Y ya dentro del hemiciclo, el mismo tono de la derecha extrema y de la extrema derecha, como cogiendo el guante de la calle, Pedro Sánchez hijo de puta, pacto con encapuchados, golpe de estado, gobierno ilegítimo… Qué pronto se olvida que Aznar indultó a terroristas de Terra Lliure a cambio de su investidura en el 96, en lo que se llamó el Pacto del Majestic. “Frivolizar como una adolescente con un insulto grave y profundamente machista e hiriente, siendo toda una presidenta, no es de recibo. Le “gusta la fruta”. Vaya. Yo podría decir no que Ayuso es corrupta, sino, no sé, que “es abrupta”. O no que es facha, sino que “está en racha”. ¡Qué diver!, escribe Enrique Santaren en el diario Deia.
Y para acabar, un Feijóo, perdido en la inmensidad del fascismo, incapaz de felicitar a su adversario, casi una amenaza: “tú eres el responsable de lo que acabas de hacer”. Todo esto sin despeinarse, justo unos minutos después de un nuevo tropiezo, confundiendo una frase de Antonio Machado con la del cantante Ismael Serrano y de oír por boca del portavoz del PNV, Aitor Esteban, que un día dirá lo que se le ofreció a la formación vasca a cambio de apoyar a Feijóo como presidente del gobierno. Algo se va sabiendo ya. ¿Prometió también a Puigdemont la amnistía en esa reunión secreta que mantuvieron?
Y entre cánticos fascistas y huevazos, entre Caras al Sol y vivas a Franco, otra imagen surrealista y esperpéntica, pero que refleja el sentir de ese cateyanismo antisanchista que nunca se manifestó ni por sus conciudadanos que morían en silencio en las residencias de Madrid y que preferían la libertad de las cañas y de los bocatas de calamares antes que cualquier otra cosa. Una decena de muñecas hinchables en el escrache a la sede del PSOE en Madrid, condimentado con más gritos tipo moros no y maricón de mierda a un periodista que cubría el acto. Un ritual que nada tiene que ver con la amnistía y que es mucho más una afirmación de una masculinidad homofóbica y racista; un rechazo a un gobierno que ha apostado desde el principio por la igualdad y a la que estos jóvenes se oponen. Un sector que se une a los ultras de Vox, a los también ultras de Hazte Oír y a obispos católicos que sin ningún tipo de pudor nos invitan a rezar el rosario por la unidad de España hoy sábado en la Plaça de Sant Jaume de Barcelona y en otros puntos de España. “España no se unirá hasta que cumpla de nuevo con su misión histórica, que es la defensa de la fe”, afirman. Asimismo, nos recuerdan que “nuestra historia ofrece incontables ejemplos de cómo la Providencia ha intervenido en el auxilio de España siempre que el pueblo fiel ha implorado su ayuda”. Ahí queda eso.
Yo me quedo con la frase del exparlamentario y exconcejal del PSN-PSOE José Luis Úriz Iglesias, en su artículo Habemus presidente, también en el diario Deia: “las derechas se han echado al monte, término empleado para reflejar posiciones radicales y de ruptura, sin ningún freno. Se les ha caído la careta, alentadas por Aznar y sus discípulos Isabel Díaz Ayuso, Esperanza Aguirre y Miguel Ángel Rodríguez, siguiendo las directrices de Steve Bannon. A partir de ahora ya nada será lo mismo. […] Se trata ahora de salvar esa democracia que a algunos tanto nos costó conseguir. Va a tocar de nuevo defenderla, activar la luz roja de emergencia y ponernos manos a la obra para frenarles”. Yo añadiría la lucha constante contra la mentira. ¿Cuántas habrá dicho ya Feijóo desde que asumió el cargo de presidente del PP? La última, que Sánchez ha pactado con Bildu una amnistía para presos de ETA, dicho así, sin ninguna prueba. Hoy mismo, un diario murciano afirma que “el corredor mediterráneo solo avanza en Cataluña”. Claro, el AVE no ha llegado ni a Alicante ni a Murcia y no hay obras entre esta última ciudad y Almería. Y acabando estas líneas me llega la noticia de que militares retirados firman un manifiesto donde reclaman al Ejército que destituya al presidente Sánchez. Lo peor no es el manifiesto; es el silencio, cómplice una vez más, de los dirigentes del PP. Un peligro del que muchos todavía no son conscientes.
Foto portada: protesta a la seu del PSOE. Autor: ACN.