Vivimos en un contexto arduamente complicado en términos económicos. La crisis que dio comienzo con la pandemia sanitaria se vio acrecentada a causa de la guerra en Ucrania. Más allá de las dificultades laborales o la complejidad de llegar a final de mes, esto ha generado una serie de problemas en la vida emocional de millones de personas. Concretamente en aquellas parejas que tienen el deseo de divorciarse, pero que no pueden cumplirlo por miedo a las consecuencias financieras. No obstante, recientemente han surgido ciertas iniciativas que buscan plantar cara a esta situación para que nadie tenga que permanecer casado en contra de su voluntad.
Divorcios accesibles, una posibilidad real
La palabra divorcio se suele asociar directamente con un elevado desembolso económico. No obstante, la web Divorcieitor se ha encargado de romper este falso mito para que todo el mundo pueda tomar la decisión de separarse de su pareja sin miedo a las consecuencias financieras. Una plataforma pionera en los divorcios accesibles que tiene como fin simplificar el divorcio de mutuo acuerdo para poner las cosas fáciles a las familias que así lo necesitan. Porque el dinero jamás puede ser el motivo para estar en una relación y este portal es un apoyo esencial en la materia.
Mientras que un divorcio contencioso obliga a la pareja a pasar por los tribunales y pasar por un litigio que suele tener una media de duración de un año, en el divorcio de mutuo acuerdo esto es totalmente diferente. Es un procedimiento en el cual la pareja se compromete a mantener el respeto y el entendimiento para así firmar todos los papeles de la separación en un margen de tres meses. Gracias a Divorcietor, dicho trámite tiene un coste de lo más económico, quedándose en los 150€ por cónyuge con IVA incluido.
Este servicio, realizado por los abogados de familia más competentes, comienza con la elaboración del convenio regulador. Un documento en el que se incluyen todas las cláusulas que dictaminan cómo va a ser la relación entre ambas partes una vez el matrimonio culmine; incluyendo así elementos como la liquidación de gananciales o las pensiones pertinentes. Estamos ante un procedimiento verdaderamente eficiente y barato que elimina de raíz todos los impedimentos que la gente suele encontrar a la hora de divorciarse. La gran mayoría de ellos, generados por la incertidumbre del “qué vendrá”.
No hay excusas cuando el divorcio es la única solución
Alguna vez te has levantado, mirado en el espejo y pensado aquello de “me quiero separar pero no tengo donde ir”. O “me quiero separar, pero no tengo dinero”. No pasa nada: le ocurre a la gran mayoría de las personas hoy en día. Sin embargo, con proyectos como el de Divorcietor, las excusas económicas han dejado de ser válidas. Puede que siempre dé cierto respeto marcar un punto de inflexión en la vida emocional; sin embargo, el hecho de no hacerlo es lo que verdaderamente te puede salir caro.
Dejando de lado las cuestiones económicas (ya hemos visto que el mutuo acuerdo es una opción muy barata para divorciarse) hay que destacar que siempre va a haber alguien dispuesto a darte cobijo en la separación. Los padres, los abuelos, los amigos, los hermanos… Lo creas o no, tu círculo va a entender totalmente la decisión que hayas tomado y te abrirá sus puertas para que te quedes con ellos hasta que reestructures tu vida. No hay que sentir vergüenza alguna: se trata de un trámite muy natural por el que pasa un gran volumen de gente y cualquiera que te quiera no dudará en ayudarte.A modo de conclusión, queremos dejar un último consejo que te deberías grabar a fuego. Si el divorcio deja de ser de mutuo acuerdo, el coste económico y emocional se disparará. Para que esto no suceda, trata de mantener la calma en todo el proceso y actúa con serenidad. Las relaciones y el amor caduca, pero el cariño o el respeto son valores que conviene mantener intactos. Tanto por tu bien como por el de tu bolsillo.
Foto portada: cedida.
