Caricatura de la revista satírica 'La Flaca' del 28 de març de 1873, que mostra el suport a la República per part de les repúbliques de Suïssa, Estats Units i França i el rebuig de les monarquies i els imperis.

‘Elogio a la Primera República española (1873)’, por Antonio Roa (Sabadell En Comú Podem)

ARTÍCULO DE OPINIÓN
Antonio Roa, miembro de la Coordinadora de Sabadell En Comú Podem

El próximo 11 de febrero se conmemoran los 150 años de la proclamación de la Primera República española. Denostada por muchos, ignorada por la mayoría, ha sido siempre considerada como el ejemplo de algarabía, desorden y poca sensatez. Su duración de sólo once meses y cuatro presidentes ya demuestra que detractores pueden tener razón. La finalización de su recorrido fue también controvertida, con la entrada de la Guardia Civil al mando del General Pavía, supuestamente a lomos de un caballo.

Lejos de sumarme a esos detractores, desde estas líneas quiero realizar un elogio a esa experiencia republicana, pionera en España y una de las primeras de Europa. Una Europa y una España en plena efervescencia por varias luchas que comenzaron con el estallido la Revolución Francesa a finales del siglo XVIII y duraron todo el siglo XIX: luchas entre el absolutismo tradicionalista versus libertades democráticas (Resultado: cuatro guerras civiles absolutistas llamadas carlistas, varias de ellas con Cataluña como principal foco carlista); liberalismo económico que se traduce en un laissez faire, laissez passer a ultranza de una burguesía que miraba por maximizar sus ingresos a costa de la pobreza de sus trabajadores versus un internacionalismo obrero cada vez más organizado para conseguir derechos; industrialización urbana versus economía tradicional del mundo rural; poder militar vs poder político civil; laicismo vs Iglesia Católica en todos los ámbitos de la vida. Todo ello en una España arcaica, de carácter eminentemente agrícola, y con unas clases autocráticas (nobleza, clero y ejército) muy poco dados a ceder poder y privilegios.

En este maremágnum llegó casi de casualidad la Primera República, punto final del considerado Sexenio Democrático (1868-1874). Una etapa de sólo seis años, pero tan fructífera que produjeron los mayores cambios democráticos de la historia de España, con permiso de la Segunda República y de la actual Democracia cuando se gobierna con espíritu republicano.

Un período convulso que comenzó con la expulsión de Isabel II de Borbón tras la “Revolución Gloriosa”, que tuvo la muerte del tarraconense General Prim como punto de inflexión, que continuaría con el reinado de Amadeo I de Saboya y que culminaría, tras su “espantá”, en el advenimiento de la Primera República Española el 11 de febrero de 1873. Seis años de libertades de prensa, de culto, de enseñanza y de asociación. Los once meses de la Primera República fueron especialmente fructíferos, ya que se intentó plasmar el célebre principio revolucionario de “libertad, igualdad y fraternidad” basada en la soberanía popular, guía de todo espíritu republicano. En esos once meses se promulgaron más leyes sociales y de avance político en favor de las clases desfavorecidas que en los cincuenta años siguientes, como fue el voto universal masculino (recordemos que el voto de la mujer fue en 1933, durante la Segunda República), vivienda barata para los obreros, escuelas industriales financiadas por el Estado, economatos populares y la jornada laboral de ocho horas (que acabaría siendo formalmente admitida tras la huelga de la Canadenca en 1919). 57 años después llegó la Segunda República, modelo de cambios sociales, económicos y políticos que fueron antecedentes a los que se adoptaron en la Constitución de 1978.

Por eso en este 11 de febrero hemos de pensar en los barceloneses Estanislao Figueras, en Francisco Pi i Margall, en el almeriense Nicolás Salmerón y en el gaditano Emilio Castelar. Cuatro presidentes en once meses, sí, pero cuya semilla fue inoculada en aquellos que pensamos que la República es la más justa las organizaciones del Estado, sino también que la mejor es la República Federal, unión de territorios en armonía y respeto, tal y como creía Pi i Margall.

150 años, pero el debate sobre la organización del Estado aún está muy vigente… y también la enseñanza que la lucha social es la más justa de todas las luchas.

Portada: caricatura de la revista satírica La Flaca del 28 de marzo de 1873, que muestra el apoyo a la República Española por parte de las repúblicas —Suiza, Estados Unidos y Francia— y el rechazo de las monarquías y los imperios.

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