Foto portada: la waterpolista del CN Sabadell i la selecció espanyola, Paula Leitón, i David Broncano.

‘David Broncano: el triunfo de la humildad’, por Josep Asensio

Han pasado ya tres semanas desde el inicio de La Revuelta, la propuesta ya conocida de David Broncano, esta vez en la televisión pública. He esperado todo este tiempo para opinar sobre un producto del que tenía conocimiento, pero que nunca había visto al completo y me he llevado una grata sorpresa. De hecho, he intentado no hacer comparaciones con el programa de Pablo Motos, porque me parecía que, a pesar de coincidir en la misma franja horaria, no tenían que ser rivales directos; pensaba que cada uno iba dirigido a públicos diferentes, incluso que podía ver un día uno y otro, alternativamente, o el de David Broncano en otro momento en RTVE Play. Pero las redes se han encargado de dividirnos en dos segmentos, hasta ha habido articulistas que han hablado de “las dos Españas”, reflejadas en uno u otro entrevistador.

Hace poco más de cuatro años, escribí un artículo, Pablo Motos: el último mono, en el que opinaba, quizás con cierta acritud, sobre este presentador y empresario y sobre la evolución de su programa. Allí desgranaba su personalidad que yo veía narcisista y con un cierto aire machista, poniendo ejemplos de todo ello. Repasándolo, creo que no cambiaría ni una coma; es más, creo que aumentaría ese rechazo cuatro años después, percatándome de qué manera Atresmedia y él mismo están intentando manipular los índices de audiencia para que nos creamos que El Hormiguero resulta ganador cada día, en una estúpida lucha que no va a ninguna parte. Contrarrestar La Revuelta con invitados “de lujo” a los que se les paga una pasta, demuestra el talante de Pablo Motos, pero también la necesidad de sobresalir con ese orgullo y esa soberbia tan característica de él mismo.

En la otra parte se sitúa un David Broncano que únicamente quiere entretener, dar a conocer perfiles y personas que se han hecho a sí mismas, que poseen unas características comunes, las del trabajo constante y bien hecho, las de la humildad, en definitiva, muy lejos de los estereotipos ganadores y lejanos de Pablo Motos. Sé que el análisis que hago puede parecer algo superficial, pero no tengo la menor duda de que un programa está hecho desde la arrogancia y la vanidad y el otro desde la modestia y la sencillez.

A las pruebas me remito cuando afirmo esto último. Para los que nunca vimos el programa de David Broncano en la plataforma de pago y solo veíamos cortes en TikTok, descubrimos ya en el primero el rumbo del programa: humor, mucho humor, buen rollo, participación activa del público y entrevistas a personas sin ser anunciadas previamente. Así pues, se especuló mucho sobre quién iba a ser el elegido para iniciar ese camino en RTVE y no solo no defraudó, sino que arrolló. La presencia en el escenario de La Revuelta de Aitor Francesena, pentacampeón del mundo y varias veces de España de surf adaptado fue el ejemplo más claro de humildad que ha dado la cadena pública en mucho tiempo, pero es precisamente David Broncano el artífice de ese éxito. El deportista de Zarautz padeció glaucoma de niño y perdió poco después un ojo por una caída mientras surfeaba. Aun así, Aitor ha seguido ejerciendo su pasión y ofreciendo a todos un ejemplo de voluntad y ganas de vivir.

La apuesta es, sin duda, arriesgada. El espectador tiene que esperar a la segunda parte del programa para saber quién es el invitado. Y quizás ahí reside la fuerza y el tirón de David Broncano y de La Revuelta. También, lo repito, de la humildad. Mientras Pablo Motos sobrevive con invitados estrella que son anunciados una semana antes, Broncano prefiere no desvelarlos. Aun así, el protagonista de La Revuelta es aclamado, ya que en no pocas ocasiones son personalidades importantes en diversos ámbitos sociales, pero desconocidos por el gran público: el cirujano Diego González Rivas, las actrices Elisabet Casanovas e Irene Escolar, el creador de contenido Dj Mariio, la cantaora Sandra Carrasco y representantes del Alcobendas de rugby, todos en un mismo programa, los escritores Juan José Millás y Juan Arsuaga, Najwa Nimri, la campeona olímpica de waterpolo Paula Leitón, y otros muchos, han pasado ya por La Revuelta en un alarde de naturalidad y franqueza. Y no me olvido de la presencia del cómico Sergio Bezos y de los colaboradores de Broncano, Jorge Ponce, Ricardo Castella y Grison, imprescindibles para dotar al programa de ese optimismo y de esas buenas vibraciones.

Probablemente, donde más se ha podido ver el enfado de Pablo Motos frente al éxito de David Broncano es en el contraataque mediante otros invitados como Johnny Depp, acompañado de una campaña publicitaria escandalosa. Como decía algún medio periodístico hace un par de semanas, el éxito de Pablo Motos lo es por su invitado, no por él mismo. Mientras tanto, la lección definitiva de humildad (perdonen mis lectores que repita tanto esa palabra) la vuelve a dar David Broncano. Después de dos semanas de lucha en las audiencias, el presentador de La Revuelta ha dicho literalmente:

“Hay que parar ya porque además luego las cosas retomarán su orden natural y volverá a ganar El Hormiguero como siempre y ahí ya nos van a reventar. Cada vez más gente está viendo la televisión, más chavales y más chavalas. Entonces, tranquilidad, vamos a hacer cada uno lo nuestro. Un saludo para El Hormiguero”. “Ellos están metiendo mierda sobre otro programa, pero nosotros somos gente amistosa”, le comentó Broncano a Norman Reedus, conocido principalmente por su papel de Daryl Dixon en la serie de televisión The Walking Dead y entrevistado esta misma semana.

Frente a un Hormiguero que acepta y presume de su papel como “el programa que más daño le hace a la Moncloa”, defendido también por Atresmedia, sustentándose sobre todo en la “tertulia de actualidad” incluyendo un análisis político con críticas al Gobierno y a Pedro Sánchez, se sitúa una Revuelta que no se significa nunca políticamente, en la misma línea que La Resistencia. David Broncano solamente habló de política en la presentación, y únicamente para zanjar críticas y bulos.

La buena noticia es que somos libres de ver uno u otro, aunque yo, creo que ha quedado claro, me decanto por el que me muestra una sociedad más diversa, más cercana a la realidad. La prueba más evidente se vio el martes, un programa donde Broncano habló catalán con el actor Eduard Fernández y recibió la bandera gitana de manos del cantaor Israel Fernández.

La España plural.

L’espai d’opinió reflecteix la visió personal de l’autor de cada article; iSabadell només la reprodueix.

Foto portada: la waterpolista del CN Sabadell i la selecció espanyola, Paula Leitón, i David Broncano.

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